Por: Selen Terán
San Luis Potosí tuvo una frase acuñada para destacar del resto de la República, ‘cuna de la democracia’, nos hacíamos llamar, de donde surgió el primer organismo ciudadano electoral. ‘Se cuece aparte’, decían hasta 2024 los analistas quienes veían con interés el fenómeno democrático potosino, siempre recordando el legado de Salvador Nava.
Al ver el bajo porcentaje de participación que tuvo San Luis Potosí en esta elección me pregunto ¿fue la elección o quedó ya olvidado el civismo potosino? Ese que salía a las calles, que estaba dispuesto a dar la vida por defender sus derechos.
El análisis de la votación del primero de junio estará en debate durante el resto de la semana, sino es que en el resto de este mes, lo cierto es que las urnas hablaron, y los números son fríos, a nivel nacional, un 11.6 por ciento de participación -al cierre de esta columna-, sí más bajo del festivo 13 por ciento que la presidenta de la República Claudia Sheinbaum y en lo local una participación del 10.13 por ciento.
Si fue repudio si fue desconocimiento, la realidad es que el Poder Judicial cambiará a partir del primero de septiembre y 15 de septiembre, según corresponda.
¿Qué pasó con el electorado potosino? ¿por qué no fue copiosa la elección? Fue la complejidad, rechazo o también un escenario de hartazgo de las urnas. México vivió una consulta popular totalmente informal en la que se decidió el aeropuerto de Texcoco, Santa Lucía no ha sido la solución que esperaba el país.
Luego vino una consulta de justicia para los expresidentes, en este México surreal se consultó al ‘pueblo bueno’ si se aplicaría la ley. La persecución de la justicia quedó en el olvido, así sin más.
Finalmente una revocación de mandato que no fue vinculante se vivió con una bajísima participación, menos de la mitad de los que habían anteriormente votado tan solo por López Obrador.
Estas tres consultas no se hubieran vívido sin la cuarta transformación, fuera de la consulta por el aeropuerto, ¿México seguiría con este destino? Claro, nada cambió, y ahí tal vez una de las múltiples respuestas que estamos buscando de esta baja participación.
Lamentablemente ahora las consecuencias serán palpables, y para los más desfavorecidos, los pobres seguirán conociendo las cárceles y los de cuello blanco continuarán ignorándola, la reforma no estuvo construida para eso.
Qué fácil es ver el éxito desde el poder, qué fácil resulta aplaudir el resultado comparándolo con la oposición, porque son diferentes cuestiones, no tiene que ver una cosa con la otra. La retorica no debe convencernos. Seamos críticos, regresemos al civismo que nos caracterizó.
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