Al norte de la cabecera municipal de Charcas, al pie del arroyo «Los San Pedros», se encuentra el tiradero municipal, convertido en el lugar más contaminante del municipio de y fuente de sustento de varias familias.
Un promedio de 40 toneladas de basura son las que se recolectan a diario y entre casi un centenar de perros, familias de pepenadores y trabajadores del Ayuntamiento se ganan la vida, ESTO LO HACEN SIN EL MÁS MÍNIMO EQUIPO DE PROTECCIÓN PERSONAL y equipo de trabajo, la necesidad de los primeros, se alude a sus bajos recursos , y han encontrado su forma de ganar recursos sin importarles poner en riesgo su salud y hasta su vida.
Con un podrido palo de escoba como su máxima herramienta día a día se encaminan al esculcado montón de basura que tiró el camión recolector, «qué hacemos nosotros, si tenemos miedo de enfermarnos, tenemos mucha necesidad, nos hemos cortado en pies y manos, nos hemos enfermado pero tenemos que trabajar ”.
Y los segundos, los trabajadores del Ayuntamiento, mientras arrecia el viento y las nubes de humo por momentos se tornan insoportables, realizan la misma actividad, con las mismas herramientas y una añeja pala a la que ya se le adapto un vestuoso palo para hacerla más productiva, ” tengo quince años aquí en el tiradero, nunca me han dado herramienta, está pala es mía también tengo un talache, y es mi herramienta, yo ya fui a parar al hospital por todo lo que respiro aquí, y me dijeron que tome mucha leche de vaca para que mate el microbio, tampoco me dan guantes y así le entró, a lo mejor uno tiene la culpa porque nunca dice nada. ”.
Y viene la pregunta , ¿ porque a aguantado tanto en esas condiciones ?, quiero una pensión, ya les aguante, pero nadie me a hecho caso, y como le digo yo ya me enferme, a veces termino con mucho dolor de espalda, pero me aguanto.
Así transcurre una jornada laboral de familias de pepenadores y trabajadores, menores de edad que por azares del destino les tocó crecer entre basura y perros, y que desafortunadamente junto con sus padres ante las imperantes necesidades les tocó arriesgar su vida, mientras que ante la ineptitud de los responsables del tiradero municipal , a los trabajadores los chantajean y obligan a trabajar, aún sabiendo que no existen las condiciones para realizar las labores en el tiradero municipal, más aún cuando ni en 15 años ni en 3 años, se han preocupado por la integridad física del trabajador, el cual se ve vulnerado por el chantaje y la amenaza de los funcionarios municipales.