- Carta a mis amigos
Hemos terminado una etapa en nuestra historia. Escogimos una batalla desafiante. Siempre alentados por nuestra fe y nuestras convicciones, por nuestra herencia de personas de bien. Convencidos de nuestro código de valores y teniendo como único propósito aportar para la construcción de un mejor Estado y una Patria más luminosa para nuestros hijos.
Nos debe quedar la satisfacción de habernos entregado hasta el límite de nuestras capacidades. No nos reservamos esfuerzo alguno. Nos dimos en cuerpo y alma.
Hoy, que pareciéramos derrotados, no lo estamos. Hoy más fuertes que nunca, debemos levantar la cabeza y con la mirada de frente, busquemos nuevos campos donde pelear por ese sueño imperecedero de seguir haciendo el bien.
Solo así cumpliremos nuestra misión en la vida,
“Sembrar, sembrar siempre para que alguien mañana detrás nuestro, recoja la cosecha”.
Así, habremos alcanzado la Victoria.
OP