CHARCAS, S. L. P. Vestigios ferroviarios y el recuerdo de las gorditas ferrocarrileras motivan la nostalgia de quienes conocieron el auge comercial que hubo en la Estación Charcas, misma que se encuentra a 10 kilómetros de distancia de esta ciudad minera, aquello generó cantidad de empleos directos, tanto para habitantes del Ejido Álvaro Obregón como para quienes comercializaban mercancías de ida y vuelta al lugar y hasta el extranjero.
Para el traslado de pasajeros diariamente había dos corridas de trenes a módicos precios que corrían hacía el norte y dos hacía el sur, por lo que autobuses de Don Pedro de Aurrecochea cubrían el servicio entre la Estación y la ciudad de Charcas.
El mineral y otros productos de la región se embarcaban por tren y por el mismo transporte llegaban mercancías y toda clase de carga.
Por el movimiento de personas, varias mujeres sobre todo, vendían alimentos, siendo en Estación Charcas donde nació la elaboración de gorditas ferrocarrileras, que hoy se distinguen a nivel nacional e internacional como uno de los alimentos emblemáticos de la cabecera municipal, además de ser el sustento base de varias familias.
Como ya se.dijo, hubo empleo en la comunidad y por el movimiento que generaban los trenes también jefes de familia de los lugares mencionados tenían trabajo.
La empresa minera tenía un ramal ferroviario entre la mina y Estación Charcas, con un tren por el cual movía el mineral y un tranvía que movía pasaje entre los lugares mencionados al inicio, y al igual que en los trenes pasajeros se cobraba un precio mínimo, relacionado con la economía de la época, hoy nada de esto existe, sólo quedan los recuerdos de lo que el tiempo se llevó.
Las contadas familias que quedan junto a las vías, particularmente personas de edad avanzada, cuentan con tristeza el ayer y el hoy de la Estación Charcas, aquella fuente de trabajo desapareció, la población es mínima, un microbús y una combi hacen el servicio de pasaje, pocos trenes cargueros ven pasar y los inmuebles que fueron oficinas son ruinas.
Lo qué sirvió como bodega o sala de espera también están deteriorados y ni qué decir de las vías qué servían como estacionamiento para furgones donde llegaban o se embarcaban mercancías, hoy se ve abandonado y destruido, las nuevas generaciones llegan a visitar la Estación Charcas para que los niños vean pasar trenes cargueros, los pasajeros no existen.
Estación Charcas y el Ejido Álvaro Obregón están urbanizados, de ahí la nostalgia que mencionan los ciudadanos que conocieron lo que puede llamarse bonanza de empleo que desapareció, en el Ejido sucede lo mismo, quedan las ruinas del asentamiento de la hacienda que se tuvo como una de las más importantes en el estado de San Luis Potosí.