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A 45 AÑOS DEL FATÍDICO CALEZASO, EN MEMORIA DE LOS MINEROS FALLECIDOS.

Por Redacción Oct 5, 2023

El 5 de octubre de 1978 perdieron la vida 14 mineros en las entrañas de la tierra, el día de hoy en su memoria y como un homenaje póstumo, relatamos los hechos de aquel fatidico día que enlutó a las familias de este pueblo de origen minero.

Era un día jueves, cuándo aproximadamente a las 22:00 horas, 18 mineros abordaron la calesa al concluir el turno que habían iniciado ocho horas antes, antes de salir llegaron a un nivel donde bajo un minero, cuando intentaron subir ya no pudieron, se fueron hasta una profundidad de 300 metros por el enloquecido desplome de la calesa en que subían, precioitandose del nível 9 al 19 la calesa de dos pisos del Tiro San Bartolo ñ, originado por la rotura del perno del perno del tambor del malacate que hacia funcionar la zapata del freno emergente, no funcionó el mecanismo automático, por lo que perecieron instantáneamente en la profundidad de la mina, Mariano Lucio Bracamontes, Alfonso Carranza, Martin Moreno Pardo, Rodolfo Zul, J. Merced Flores Huerta , Pascual Briseño Méndez, Julián López Hernández, J. Santos Teniente, Amado Pachuca Galván y los hermanos Luis y Margarito Flores Olivares, Secundino Palafox Saucedo y Leopoldo Moreno, murieron en el corto trayecto del Tiro a la clínica de IMMSA, posteriormente Ramón Tovar Morales, dejo de existir en el Centro Medico del Potosí.

De los únicos se sobrevivieron a esta horrible catástrofe, fueron el mecanico Félix Ocampo, don Prisciliano Valerio Zamarripa y el Ingeniero J. Jesús Araiza Aranda, el primero de ellos solo sufrió un agudo shock y fue atendido en la clínica local por el Dr. José Luis Flores Chavarin, los dos últimos fueron trasladados a la capital del estado para su atención, hoy en día don Prisciliano ya fallecido, vivio con las escuelas de aquel trágico accidente, se desconoce si el Ing. Araiza aún vive, por lo que respecta al operador del malacate, don Pedro Arredondo, quedo completamente recuperado del trauma a consecuencia del accidente, afirmando que se dio cuenta pero nada podía hacer para evitarlo, ya que los mandos no lo obedecieron, se desconoce si aún se mantiene con vida.

Funcionarios de higiene y seguridad de IMMSA, declararon que nunca hubiera sido posible detectar la duración del perno del tambor del malacate que sufrio la ruptura, no obstante la periodicidad con la que se revisa el equipo, aseguraron que se “ capo ” por defectuoso o por fatiga.

En aquella ocasión, los medios de comunicación electrónicos y escritos dieron cuenta de lo sucedido destacando la noticia con encabezados como; “ con el golpe brutal de la calesa, perforó la tarima de hierro que está en el nivel 18 y se precipito hasta el 19 ”, ” el piso del ascensor, en el que viajaban la mitad de los trabajadores hizo acordeón los soportes y aplasto a los trabajadores que viajaban en el piso inferior ”.

Ese trágico accidente reflejo la solidaridad y unidad que existe en el gremio minero y en la población charquense, ya que una vez que los 150 trabajadores mineros restantes que esperaban turno para salir a la superficie, supieron de la fatal noticia y en verdaderos actos de heroísmo a través de escalinatas y los tiros de los restantes malacates, se precipitaron para llegar en auxilio de sus compañeros que yacían en el nivel 19, y conjuntamente con personal especializado y con vigilancia de la Comisión Mixta de Higiene y Seguridad, las labores de rescate culminaron al día siguiente cerca de las 5 de la mañana, para posteriormente al filo del medio día en caravana desde la planta minera hasta el Club Minero, se trasladaron los ataúdes conteniendo los restos de los trece mineros que perdieron la vida trágicamente, por la tarde fueron llevados a sus domicilios para ser velados.
El sábado 7 de octubre, quedo marcado con tristeza y llanto en el pueblo que lloraba a sus mineros, después de la misa luctuoso que culmino a las 11:30 horas los féretros cargados en hombros por sus propios compañeros, iniciaron el cortejo fúnebre hasta su última morada en la segunda sección del panteón San Miguel, lugar en donde se congregaron más de 15 mil almas para dar el último adiós a 13 valientes mineros, ya que uno falleció en la capital del estado.
El líder nacional del gremio minero, Napoleón Gómez Sada, a su arribo a esta ciudad, expreso que después de la tragedia de Barroteran, esta era considerada como de las más grandes de la minería del país.

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